Pulgares
veloces sobre pantallas pequeñas retroiluminadas. Rostros
verdinolescos intermitentes. Un vagón entero de zombis encorvados
sobre el cosmos como rectángulo plano. Un vagón de la gran ciudad
atestado de zombis. Todo él lleno de zombis. ¿Qué hay en ese
cosmos de dos dimensiones? Instantáneas sonrientes y retazos de
hablas. Retazos, nada concluyente.
Dice
un juez Barrientos, presidente del tribunal (TSC) que ha inhabilitado
por dos años a Artur Mas, que si la sentencia no ha gustado a
ninguna de las partes es que la sentencia es equilibrada. Me pregunto
si es un criterio aplicable en las demás sentencias. Un violador y
su víctima, un estafador y sus estafados, un blanqueador de capital
y los contribuyentes que han de tapar sus agujeros.
Dice
una alcaldesa Carmena que «no podemos tener un Madrid tercermundista
con okupas» y sus concejales le responden que decir eso es atentar
contra el derecho a la vivienda.
Una
diputada podemos Belarra dice que los guardias civiles y sus parejas
agredidos en Alsasua son víctimas y que las personas que les
agredieron son igualmente víctimas.
Veo
los pulgares veloces y me pregunto si escribirán algo sobre si la
okupación tiene algo que ver con el derecho a la vivienda, sobre si
la equidistancia del juez tiene algo que ver con la justicia, si
humillar a las víctimas es una forma de resarcirlas.
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