Negra, negra es esta serie de una sola
temporada manufactura por Richard Price en el guión y Steven
Zaillian en la dirección. La negrura aparece en la escenografía y
el color que, como buena parte de la acción sucede en las calles de
la ciudad anochecida, es casi en blanco y negro y negras son las
personalidades de los hombres y mujeres que trajinan en la noche.
Arranca con un asesinato sexual y con un culpable inverosímil, pero
hacia el que apuntan todas las pruebas, y una serie de abogados,
policías, fiscales y testigos que nos sorprenden cada uno con las
tinieblas que cobijan en su interior. A eso añadamos la difícil
integración de los inmigrantes en la vida americana, la del
individuo en la ciudad moderna, la del joven acusado en la
extraordinaria dureza de la cárcel, la de una joven abogada en el
sistema judicial. Y junto a todo eso un extra, el tipo que crea John
Turturro, un abogado que se gana la vida sacando unos dólares del
albañal, con un eccema que lo atormenta hasta destrozarle la vida.
Son ocho episodios de una hora que
parecen una película cada uno. Densos, punzantes, hipnóticos, a
ratos provocando el desasosiego, la incomodidad moral, porque a duras
penas se encuentra un personaje con el que identificarse, una
situación en la que poder acomodarse. Pero no es en exclusiva una
trama novelesca policial o noir lo
que se nos presenta, sino una mirada sobre los aspectos oscuros de la
sociedad en la que vivimos, sobre la vida perra a la que muchos
parecen condenados. Me resulta incomprensible cómo esta serie
no está entre las mejores cuando se hacen las listas de final de
año, no sólo entre las series, sino entre las películas, aunque en
el total del minutaje, con sus cerca de quinientos minutos, exceda la
duración convencional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario