Tasa de progreso tecnológico |
Sigue la moribunda prensa ocupándose
de nuestros héroes blandengues en busca del liderazgo final. Pero
¿quién de entre ellos es joven, hermoso, inteligente y valiente a
la vez, como se exigía de los héroes antiguos? Como mucho lucen uno
de esos atributos, raramente dos, en algún caso excepcional tres, no
veo a ninguno, sin embargo, con el coraje suficiente para hacer
frente a los desafíos que tenemos por delante. Fallan ambos, la
prensa y los héroes blandengues, para ayudarnos a franquear el paso.
A qué dedica la prensa sus páginas. La mayoría a loar, cual nuevos
Píndaros, a los ingrávidos atletas de pantalón corto; otro mazo de
páginas, a mediar en las peleas entre tendencias políticas o a
causas judiciales que se eternizan o a terrores económicos siempre
al acecho o a gadgets tecnológicos.
Pero no es ahí donde están las
noticias de ahora mismo. Incluso si los periodistas siguen guiándose
por el viejo tópico de que es noticia que un hombre muerde a un
perro, y no al revés, la noticia habrían de buscarla en otro lado
no en los espejismos que los deslumbran como viajeros perdidos en un
mundo que desconocen. ¿Dónde? El mundo está cambiando a velocidad
de vértigo. Una parte de nosotros está siendo estirada hacia otra
dimensión, el cerebro es un chicle entre los dedos y los dientes,
sin que seamos conscientes. Resulta que las grandes tecnológicas con
nuestro consentimiento se han apoderado de él y lo agitan y
zarandean hasta casi desgajarlo del cuerpo. Quieren nuestro cerebro
las empresas para vendernos mejor sus productos y lo quieren los
políticos para que votemos como ellos quieren.
Estamos empezando a funcionar como
terminales de una gran conciencia. De momento esa gran conciencia es
solo computacional: el Big Data al que aportamos nuestras acciones,
pensamientos y deseos y que nos devuelve órdenes de compra y de voto
y que gestiona nuestro ocio y placer. Esa conciencia colectiva cada
vez es más grande, cada vez más real, una conciencia de especie, de
homo sapiens, que de momento sólo parece un enorme repositorio
estadístico pero que a no tardar empezará a actuar por su cuenta,
si es que no lo está haciendo ya en la maquinaria de los bancos, de
las empresas energéticas, de las farmacéuticas y quien sabe si de
la militar, sobrepasando cualquier posible capacidad individual de
control. Es decir, se está produciendo un rápido y silencioso
despojamiento de nuestra individualidad: no somos libres, si alguna
vez lo hemos sido, no dominamos nuestra voluntad. Nunca como ahora
son evidentes los hilos que nos mueven pero hemos decidido ser ciegos
a la evidencia y sordos al clamor.
¿Dónde están los sucesos
extraordinarios? En los laboratorios que manejan una increíble
herramienta que modifica el código genético, el CRISPR, o capaces
de crear minicerebros
en una place Petri; en la gestión de las campañas electorales
en manos de compañías de estudios de datos que
hace ganar elecciones; en la IA que empieza a trabajar mejor que los médicos, en quienes tienen acceso a la tecnología
puntera contra el envejecimiento (Aubrey
de Gray afirma que los primeros humanos que vivirán 1000 años ya
están entre nosotros) y que ya empiezan a trasvasar el contenido
de la mente a cerebros artificiales (Martine
Rothblatt está digitalizando la mente de su compañera). A eso
deberían dedicar los periódicos sus equipos de investigación, si
alguna vez los hubo. Pero no informan, sino que nos adormecen y
entretienen lejos del vórtice que nos conduce al más allá.
“Nadie sabe aún cuánto supuso el Big Data en la victoria de Trump. Lo sustancial ahora para mí es saber que utilizó ese método. Pero Kosinski se ha empeñado en conocer el impacto. Y contó a Das Magazin sus primeros datos. Son algo brutales: "El targeting psicológico que usó Cambridge Analytica incrementó en más de un 60% el número de clics en los anuncios de Facebook. Y el llamado tipo de conversión, es decir, el impacto en las personas después de haber visto esa publicidad hecha a medida para ellas -lo que compran o, simplemente, lo que eligen- aumentó en un increíble 1400%".
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