El potencial de nuestra época es
imposible de medir con los actuales parámetros, tal es el cambio
que nos espera. Unos países están mejor preparados que otros. Pero en sus
cúpulas políticas late igualmente la pulsión del poder. Un poder incomparable
con cualquier época del pasado. El susto de la gente ante el porvenir se
acomoda al afán de la nueva única oportunidad, del hambre de algunos hombres
ante el poder absoluto. Es una época terrible porque las compuertas del futuro
están a punto de estallar. El futuro nos inunda literalmente. Sólo han pasado diez años desde el primer
iPhone, el primer teléfono inteligente. Véase la serie Westworld. Terrible
porque el viejo político profesional está moribundo y hay muchos candidatos a
ser el macho alpha de este tiempo. Y su plan no es ordenar el caos que se
avecina sino encaramarse a la ola y tomar las riendas invisibles.
Por
contraste, venimos de una época de feminización de las costumbres, desde el 68
hasta aquí. La musa alpha ha impuesto su presencia, su estilo, el gusto de la
época en las galerías, en los museos, en la moda, en Hollywood, en la
narración, en el arte en general; en la familia, en la iglesia, en la escuela,
en todos los ámbitos de la vida. Obama ha sido el último en dejarse influir por la musa
alpha. Las mujeres no han gobernado,
salvo excepciones o sólo simbólicamente (en la serie Borgen, por ejemplo), pero
han modificado la vida de occidente hasta hacerla irreconocible. Una parte de
los hombres han esperado para tomar venganza, para sacudirse el suave pero
ineludible yugo. Ahora pueden mirarse en el espejo de los candidatos a macho
alpha (Trump: "Cuando eres una celebridad te dejan hacer lo que quieras,puedes hacer lo que quieras. Agarrarlas por el coño. Puedes hacer detodo") y ven llegado el momento de recuperar el dominio usurpado.
La trama
del poder desde los orígenes míticos (el arcángel Miguel contra Lucifer, Caín
contra Abel) hasta los históricos (Ramsés, Alejandro, César) está llena de
bélica testosterona y marca a sangre y fuego la época más reciente (Stalin,
Hitler, Mao). Sólo en la época en que el macho alpha ha aflojado las riendas la
musa alpha ha tenido su oportunidad (helenismo, algunas cortes medievales,
renacimiento, salones del XVIII y XIX, las gloriosas décadas pasadas del pasado siglo) de
modelar el mundo a su gusto. Épocas en que el mundo asistió asombrado al
florecimiento de la invención y explosión de energía cuyas ideas fueron
modelando y asentando el mundo antes de llegar hasta este difícil momento de
transición.
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