viernes, 30 de diciembre de 2016

Perspectivismo



            Si un extraterrestre mirase hacia acá vería que la nave que nos lleva gira sobre sí misma a mil seiscientos km por hora y que nos traslada alrededor del sol a ciento ocho mil km por hora. Quién lo diría. Nosotros no lo sentimos en absoluto. Nadie se levanta por la mañana pensando que va a viajar a esa velocidad. El punto de vista del extraterrestre y el nuestro no coinciden.

            Qué es la realidad para nosotros. Cuál es el modo correcto de aproximarnos a las cosas. Podemos contemplarlas de muchas diferentes maneras, sin falsearlas, sin perder información. El punto de vista del mirón, de los mirones, cada uno desde su perspectiva. Si el centro es el objeto, si lo rotamos, el objeto parecerá diferente, se ofrece a distintos puntos de vista, pero no cambia, puede ser descrito desde las distintas perspectivas sin cambiar realmente. Simetría. En el proceso, comprendemos las reglas que lo constituyen y relacionan y nos admira que sea comprensible. La tierra cambia incesantemente, pero para nosotros, terrícolas, no cambia, no apreciamos su movimiento. En la representación que hacemos de las cosas cambian algunos rasgos, pero otros permanecen invariables, siempre presentes en todas las representaciones posibles. Las invariantes definen los rasgos propios del objeto. Los objetos pueden ser descritos de mil maneras, pero cada vez hemos de elegir una. Todas son válidas, pero hemos de mirar, escoger, una cada vez. Cada punto de vista (determinado por la posición en el espacio y en el tiempo) añade algo en la descripción, modifica, por así decir, la visión del objeto, restando algo de sus características y añadiendo algo que no se tenía en cuenta o no habíamos caído antes en ello. Al describir, elegimos. Lo mismo que hará otro espectador o pintor o fotógrafo o escultor o analista (espaciotemporal). Complementariedad. Por tanto, el observador y el objeto cambian de posición en el espacio y en el tiempo. Dos visiones en el mismo espacio y tiempo son mutuamente excluyentes, nos dicen los físicos cuánticos. “Estas grandes ideas –relatividad, simetría, invariancia y complementariedad- conforman el corazón de la física moderna”, dice Franck Wilczek en El mundo como obra de arte. Qué hace falta para que también lo sea de la filosofía, de la religión, de la política, de la vida cotidiana. Nuestro lenguaje será más preciso y el entendimiento en la conversación también. Dime desde dónde hablas, qué edad tienes, cuál es tu posición social, adónde vas, cuál es tu condición.

            Algunos lo intuyeron o lo pusieron en práctica o lo razonaron. Los artistas ingenieros del Renacimiento como Brunelleschi, los sabios de la revolución científica del XVII, como Leibniz, los físicos del XX, tan sorprendidos como espantados por lo que descubrían, como Einstein. 

No hay comentarios: