Para
celebrar el fiasco de la acción de agit-prop que fue ayer Rodea el
congreso, nada mejor que recordar esta frase de Walter Benjamin:
“¿Qué
espera esa multitud aletargada sino una catástrofe, un incendio, el Juicio
Final en la sangre y las lágrimas, como un único grito, igual que un golpe de
viento descubre de pronto el forro rojo encendido del abrigo? Porque el grito
agudo del espanto, el pánico, son el reverso de cualquier fiesta de masas
verdadera. El leve estremecimiento que atraviesa todas esas nucas impacientes
en su deseo febril”.
Walter
Benjamin la escribía mientras veía lo que ocurría en la Roma, el Berlín y el Moscú
de los años 20 y 30 del siglo pasado. Quizá ya estemos vacunados contra la
rabia destructiva, aunque desde luego que no contra la rabia que nace enInternet.
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