martes, 11 de octubre de 2016

Día 16


   Entre bosques de eucaliptos, de San Martín de Laspras a Muros de Nalon y de Muros a Soto de Luiña. Hoy no he disfrutado de la euforia mental de ayer. En la primera parte de la etapa se me ha pegado Xose Luis el gallego, un farmacéutico hablador. Luego se ha ido despegando, aunque ha llegado antes al albergue, gracias al atajo del asfalto.
   Por el camino he ido adelantando alemanes por un tubo,algunos franceses y unos avilesinos. Etapa rompepiernas, con una gran subida y bajada final. En la subida me he dado el gusto de adelantar a un grupo de ciclistas alemanes -unos10 o 12- que no podían con la cuesta. Luego han bajado por una torrentera con sus bicis totalmente inapropiadas: bicis de paseo. No dejan de sorprenderme los alemanes en este camino.
   El albergue de Soto de Luiña es tan cutre como bueno el de San Martín. Con el mejor hospitalero que yo haya conocido. Bajaba con su coche a buscar a los peregrinos o se ofrecía para acompañarles hasta el super que estaba un poco lejos. Cuando me estaba preparando la cena, me hizo la salsa para los espaguetis, con chorizillo asturiano picado. Más, hizo la colada, lavadora y secadora, de todo el que quiso. Y todo por la voluntad. Vive en Oviedo, pero pasa toda la tarde en el albergue, hasta las 10,30. El edificio es la antigua rectoría. Lo tiene en concesión por cinco años. Ha hecho una gran inversión para adecentarlo. Todo depende de la buena voluntad de los peregrinos. En cambio, este de Soto es el más cutre que he visto. Espero que no haya chinches. Está sorprendentemente lleno. En esta época!

    Todo indica que mañana llegan las lluvias. La temperatura ha caído. Me entretengo en el bar de la plaza donde habla a gritos la gente del lugar. Entre ellos dos ludópatas. Una señora mayor ha estado varias horas enganchada. Esperaba el turno un hombre maduro al que el chinchin de las monedas le ha alegrado la cara tanto como entristecida la tenía la señora.

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