domingo, 25 de septiembre de 2016

Norte, día 0


Comenzamos. El tren me lleva bajo una bóveda de huevo cocido. Nubes blandas, lechosas. En el interior un largo artículo sobre la evolución humana. En el exterior rastrojos y campos de girasoles agostados. La pericia y la impericia del hombre.
     Del primero extraigo esta cita de Darwin:
“La ignorancia suele engendrar más confianza que el conocimiento: son quienes conocen poco, no los que conocen mucho, quienes aseveran de forma tajante que ni tal ni cual problema serán jamás resueltos por la ciencia".
     A ver si soy capaz de recordármela cada mañana.
      Y esta idea. Los humanos no somos más que otra rama de la evolución, pero también algo más. Esta cita es del paleogenetico Svante Paabo:
     "En los 400.000 años que vivieron, los neandertales no fueron capaces de cruzar el mar. Ni siquiera llegaron a Madagascar, que no estaba tan lejos. El hombre moderno ha ido a todos los sitios imaginables en solo 100.000 años. Esa es nuestra gran diferencia: la inconsciencia de querer ver al otro lado. Aunque sea peligroso". "Si aún existiera el Neandertal, es posible que no hubiera una línea de separación tan clara entre hombres y animales".
     Un 2% de nuestro ADN procede del Neandertal.
      Pues eso. Vuelvo los ojos afuera, al paisaje verde ahora abajo y grumoso arriba, y me pregunto, por qué ponerse a caminar? Para ver qué pasa. Solo por eso.

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