domingo, 24 de abril de 2016

No llueve



         la aplicación del móvil me dice que está lloviendo es cierto que hay nubes negras en un cielo fragmentado que a ratos se oculta el sol y hace fresco pero también que el sol ofrece su agresiva picadura en otros fresco y calor irritante se alternan pero no llueve

         el mar visto a distancia de treinta metros es una balsa de superficie mutante levemente frisada dominada por un turquesa teñido de un verde que se oscurece o abrillanta siguiendo el juego de las nubes blancas y oscuras traspasadas o no por el sol en la línea del horizonte los triángulos de las velas se desplazan con lentitud hasta fundirse con las sombras de las montañas que enmarcan la bahía delante a quince metros tráfico de cascos de caballo bicis alemanas y caminantes chicas con pantaloncillos hombres con sombreros de lima reflectante y una mujer con el móvil en una mano y en la otra el manillar haciendo altavoz de su despido invadiendo la banda sonora hasta ahora informe de este cuadro movido

         el mundo se mueve nada está quieto solo un pintor podría plasmar al mismo tiempo todos los efectos la infinidad de sucesos que ocurren en un solo instante

         mi objetivo al empezar a desplazar el bolígrafo sobre el cuaderno era sumergirme en el absoluto presente incrustarme en la panorámica y hasta aquí lo he conseguido hasta que un Seat León azul muy oscuro aparca delante de mi bolígrafo en una zona prohibida en el interior del coche hay personas (las cuento seis) cigarrillos gritos sobre un móvil latas pero no era mi intención contar una historia

         este instante ya es pasado el pasado mi pesadilla de eso era de lo que quería escribir de eso era de lo que no quería escribir

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