¿Sirve el
saber para humanizar? Si miramos hacia los episodios más negros del pasado es
difícil pasar por alto la participación en ellos de sabios de su tiempo para crear
comunidad, ese nosotros que acoge, establece fronteras y expulsa. La
Conferencia de Wansee, en enero de 1942, por ejemplo, en la que participaron
doctores y catedráticos de la universidad más sabia del momento. El drama
bosnio de los 90, del que acabamos de vivir el último episodio: Milorad Dodik,
actual presidente serbobosnio, ha criticado la condena de Radovan Karadzic por el Tribunal de la Haya porque “perpetua el tópico de que el pueblo serbio es el
culpable de la guerra que llega hasta hoy mismo”. Nosotros.
El pasado jueves,
31 de marzo, en el paraninfo de la Universidad de Barcelona, 250 lingüistas,
apoyados por lo más granado de la cultura catalanista, se reunieron para
erradicar el castellano de una Cataluña independiente.
No deberían
pasar desapercibidas estas cosas de esta reunión:
1. La
conciencia de superioridad de los reunidos que se cree capaz de imponer una
lengua a la totalidad de la población, incluyendo a los más numerosos hablantes
del español,
2. que, por
lo tanto, se manifiesten ungidos por una autoridad superior a la representada en el
Parlament, que les permite reñir a los partidos políticos independentistas por
no ser suficientemente radicales,
3. que, como
todo movimiento étnico, racista o clasista, convierta a los más débiles, como
lo vemos actualmente con los refugiados sirios, en culpables del mal que
aportan junto con su miseria: los inmigrantes en Cataluña y sus descendientes eran soldados
de Franco para destruir Cataluña.
4. la separación en dos comunidades de la población, imponiendo una sobre otra.
4. la separación en dos comunidades de la población, imponiendo una sobre otra.
La primera
operación consiste en señalar de donde procede el mal y dónde el bien resplandece, la segunda en señalar a
los culpables. Marcar en una lista. Los malos catalanes que han contribuido a la postración de la
patria: “una galería de personajes ‘nostrats’ de la peor especie:
esclavistas, colonizadores, colaboracionistas, genocidas…”.
Què vol aquesta gent?
“Sabemos que un hombre puede leer a Goethe o a
Rilke por la noche, que puede tocar a Bach o a Schubert, e ir por la mañana a
su trabajo en Auschwitz”. (George Steiner).
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