“La política es una esfera
que no se puede iluminar con la verdad” (Mijail Bajtin).
1. De vuelta a casa, sorprenden los arrumacos de Soraya con
Carles Puigdemont. No tanto (“se veía de venir”) que ya se hable del posible
pacto entre la familia Pujol y el fiscal tras la caída de la acusación
particular de Manos Limpias. Pelíllos a la mar. Apena el intento, in extremis, de Artur Mas genuflexo por levantarse del barro suplicando una lista conjunta al Congreso
de Junts pel sí, encabezada por él. También él creyó que era para siempre. Ni
siquiera se habrá ganado una cita a pie de página en el futuro libro de la
historia.
2. Qué aburrimiento todo ese charloteo sobre política, si lo
sacamos del círculo de los profesionales de la cosa y de quienes viven de
contar el cuento, a cuántos más interesa. Ni fu ni fa.
3. Si no pagan, no compres. Los trucos legales para pagar menos. “Hoy ni los estados ni la UE son capaces de evitar ni la evasión fiscal
–un delito– ni la elusión fiscal – los trucos legales para pagar menos–. Esos
impuestos que algunos no pagan tenemos que pagarlos otros o sufrir recortes en
hospitales y escuelas. Tal vez sería legítimo, como propone el autor de Contra
la hegemonía de la austeridad (Arpa), Stuart Holland, y ya hicieron los
británicos con Starbucks, que nos defendiéramos no comprando a las empresas que
no tributan lo que deben. Tampoco deberíamos votar a los partidos de políticos
que eluden al fisco ni ver películas, deportes o programas de quienes no
tributan lo que deben. Me temo que no lo haremos –nos falta conciencia fiscal–,
pero tendría su lógica”. Mira esta lista. Y esta.
4. Dissidents. El preu de la discrepància a la Catalunya
nacionalista:
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