sábado, 12 de marzo de 2016

5. Pólvora




         En la calle que da acceso a la plaza, las bolsas repartidas por el suelo están listas para que comience la fiesta del ruido y humo. Es la fiesta del Cristo de la Expiración. En la iglesia abarrotada, un hombre con bigotillo, pelo blanco repeinado hacia atrás y cámara en mano nos da cuenta del contexto, mientras los hombres cercanos sin mucho disimulo no dejan de mirar a una chica muy bien armada que atrae poderosamente la atención. Es la gran ocasión del pueblo, más grande que la fiesta patronal. La gente asiste a la ceremonia del descendimiento del Cristo vestidos con los trajes de la cofradía y los instrumentos musicales listos. En algún momento los mineros de la zona, no muy dados a la fe, se aficionaron a este Cristo con motivo de algún accidente minero acabado con bien. Ellos hicieron de esta celebración, el viernes previo al domingo de ramos, algo muy grande, hasta autocares con gente de la tierra vienen de Barcelona. La tradición se mantiene, a pesar de los altibajos de la minería. El hombre del bigotillo se dice de una población de Ciudad Real, pero su mujer es de aquí y ningún año falta. Mientras el cura hace sus ritos, el hombre nos alecciona sobre las características del valle, los tres o cuatro pueblos que hay que visitar, siguiendo un orden riguroso, el más turístico, donde hay que comer la sopa típica, el plato de la comarca a base de huevo frito, chorizo, morcilla, jamón y patatas panaderas y vinillo de la costa, la fuente agria, el más alto. Así lo hacemos, seguimos sus consejos. Cuando salimos valle arriba, ya suenan las campanas, la música y la pólvora. Desde un mirador vemos la potente humareda, en este día soleado pero fresco. Cuando, ya tarde, bajamos por la otra ladera del valle, vemos las chimeneas de humo en distintos puntos de la ciudad. Nuestro informante nos ha asegurado que comenzada la procesión ya no se para, que se llegan a quemar 500 kilos de pólvora, que el paseo del Cristo en andas por el pueblo sigue más allá de las cuatro de la madrugada.

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