El milagro de este fragmento llegado hasta aquí, el brazo y su brazalete, el
pecho entrevisto de una mujer de la ciudad fenicia de Sexi, quizá una Shtart (Esther), acaso ceñida por una túnica púrpura o por un vestido floreado o con dibujos
geométricos, adornada con un fulard, que vivió, murió y fue feliz un tiempo, puesto que alguien quiso
pintarla para celebrar su existencia, y porque era hermosa como toda mujer lo
es alguna vez. Ya no está, hace muchos siglos que dejó de existir, pero ese
fragmento me hace pensar en ella, en su belleza, en que alguien la deseó y ese
deseo removía sus entrañas, como ahora nos conmueve una mirada que se posa en
nuestros ojos y nos hace sentir hermosos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario