jueves, 11 de febrero de 2016

Spotlight



            No es el tema principal de la película, pero es el interrogante que se abre en mi mente, mientras miro la pantalla con el cuello torcido desde la primera fila de la sala, desde la única butaca que quedaba en la taquilla, ¿cómo ha llegado hasta aquí, como sobrevive esta especie condenada a la extinción natural? Es Boston, la ciudad más aristocrática de América: padres fundadores, Harvard, catolicismo. Una ciudad relegada por la más moderna Nueva York. Es ahí, donde, mientras las Torres Gemelas caían, las tapas de las alcantarillas saltaban por los aires y un olor nauseabundo inundaba la ciudad. Cientos de casos de pederastia que habían sido sellados en los juzgados y en la prensa por la poderosa Iglesia Católica se hacían públicos por fin. Un escándalo que como la pólvora en llamas corrió por todas las ciudades de EE UU y luego por muchos otros países católicos. 

              Spotlight fue el grupo de investigación de The Boston Globe que lo destapó. No solo descubría a los niños violados y a los sacerdotes violadores, sobre todo a la Iglesia que lo tapó, a la Iglesia como sistema, como organización, que trasladó de una parroquia a otra a los curas pederastas, sin que estos cesaran en su actividad criminal, que compró a abogados venales para llegar a acuerdos insultantes con las familias de las víctimas, casi siempre de origen humilde y con la conciencia atormentada, que utilizó su poder para que la justicia no actuase y la prensa enmudeciese.


            La película reconstruye los meses anteriores al derrumbe de las Torres, el nervio vibrante de la investigación periodística, la épica de un periodismo que, con la llegada de Internet, parece a punto de desaparecer. La peli es intensa, montada como si fuese una peli de intriga, con buenos actores, de las que no dejan un segundo al reposo para la reflexión, pero ésta llega. ¿Por qué mantener el celibato, por qué esa testarudez? ¿En qué otra organización religiosa ha ocurrido algo semejante? Las preguntas se amontonan, van más allá. ¿Cómo persiste este enorme paquidermo con más de dos milenios a sus espaldas? ¿Qué utilidad social tiene? ¿Sigue llenado los boquetes que el hombre se descubre cuando mira hacia adentro?

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