viernes, 28 de agosto de 2015

Condenas despreciables



            Una columnista de El País se hace eco de las condenas llenas de peros, prevenciones y recelos que han sucedido al ataque sufrido por la jovencísima portavoz de Vox en Cuenca, Inma Sequí. Tachemos los peros a ver qué queda: 
Desde una distancia política que difícilmente puede ser mayor, mi ánimo y apoyo a Inma Sequí y mi condena y desprecio a sus agresores”, dijo el dirigente de Podemos Pablo Echenique en Twitter. “Algunos que han favorecido discursos violentos deberían reflexionar sobre las consecuencias de sus palabras”, señaló el portavoz del PP, Rafael Hernando. “Si se demuestra que ha sido por una cuestión ideológica hay que decir que basta ya, porque no se puede atacar a nadie por sus ideas”, escribió el PSOE. “Rechazo la violencia y condeno todas las agresiones: incluidas la sufrida por la dirigente de Vox, las de los sin techo e incluso la mía”, tuiteó Gaspar Llamazares. 

            “La violencia es violencia. Y en el uso de la fuerza sobre otra persona no caben peros. Condenar una acción violenta no es una obligación. Ha de ser una convicción”, afirma la columnista, con lo que no puedo estar más de acuerdo. Con lo que no lo estoy es con el reproche que hace al ministro del interior, pecando de aquello que acusa a los blandiblú, por definir el ataque como “incalificable atentado”. Cómo calificar sino lo que hicieron sus agresores al golpearla al grito de «¡A ver si eres tan valiente ahora, fascista de los cojones!».

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