lunes, 8 de junio de 2015

Transparent

   
           
            Lo mejor de esta serie es el último capítulo, el décimo, quizá también el primero por la sorpresa inicial, porque la comedia que más o menos evoluciona a lo largo de los nueve capítulos precedentes se dramatiza en el último, afloran las tensiones que se intuían y se desvela alguna novedad y posibles rupturas que hace que al espectador se le abra el apetito para la próxima temporada. Más que una conexión con la realidad yo veo en esta primera producción serial de Amazon una apuesta imaginativa de parte de la guionista y directora Jill Soloway por explorar la floración de las nuevas formas de la sexualidad y la consecuente complicación en las relaciones afectivas. La historia va de una familia en el límite de lo convencional: el padre, un increíble Jeffrey Tambor, que tras haberse sentido toda la vida un transexual cree llegado el momento de vivir como tal y comunicárselo a sus hijos y su ex mujer; un hijo con adicción al sexo, heterosexual; la hija mayor, casada y con dos hijos que se descubre de pronto fuertemente atraída por una antigua amiga y se va a vivir con ella, sin perder el afecto por su marido, y, por fin, la hija menor que, como se dice en un momento de la serie, utiliza la vagina como forma de conocer a los hombres. Al contrario de lo que podría esperarse, los lazos familiares son muy fuertes, todos necesitados de contarse continuamente lo que les pasa. Alrededor, otros personajes como la madre que vive con un hombre campechano, pero que ahora está en la fase final del alzheimer, más una serie de amigos y amantes con tipologías poco comunes.


            Tras la sorpresa inicial el interés decae, aunque se sigue bien. Los actores son tan buenos como no especialmente fotogénicos al uso hollywoodiense, la rareza con la que se juega comienza en el casting, la trama es la propia de las comedias de televisión con diálogos más o menos burbujeantes y la música es muy buena combinando hits de décadas pasadas con composiciones originales muy atractivas. Pero como digo, cuando realmente empieza a ponerse interesante es en el último capítulo.

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