miércoles, 11 de marzo de 2015

Calvary



            Esta película cuenta la vida de un santo moderno, la santidad para quienes han hecho esta peli sería el equivalente a la integridad. Como se trata de un santo quieren decir que la integridad es una hierba rala, hay que buscarla con el candil de Diógenes. Un cura con sotana, el Padre James Lavelle (un creíble Brendan Gleeson), gobierna o intenta gobernar las almas de un pueblo perdido de Irlanda. En general no son almas dúctiles sino correosas y díscolas que se lo ponen muy difícil, empezando por su hija. Este cura estuvo casado antes de ser sacerdote y la hija huérfana de madre y con el padre entregado a su vocación no lo ha tenido nada fácil. Ateos, adúlteros, chaperos, resabiados, violentos, también algunos feligreses más normales, como el raterillo monaguillo que se le bebe el vino de misa o el viejo escritor que le pide una pistola para acortar el dolor de la muerte que se acerca. El cura puede con todos ellos, aunque siempre hay una prueba casi imposible que el hombre santo ha de superar. En confesión, un hombre que dice haber sido maltratado sexualmente en su infancia por otro cura, como ya no puede vengarse de este porque ya está muerto, le anuncia que al cabo de una semana lo matará, al cura, en la playa. La película salta a lo largo de la semana en pequeños capítulos de un día a otro hasta la cita con la muerte en la playa. Lo vemos echar aceite sobre las heridas de las almas torturadas o pelear contra los imposibles. Le queman la iglesia, le matan al perro, le dan una paliza en el pub.

            Es una película bonita como pocas, bien rodada con bellas postales de Irlanda, mejor interpretada, con bellas canciones que van puntuando el ritmo del montaje, con el sabor de las viejas películas con tema y buenos secundarios. Si se acepta el juego melodramático de los pequeños dramas, de la culpa y la redención y de los hombres providenciales entonces se puede disfrutar, aunque no sea una película redonda y cueste creer que todavía queden mundos como ese en el que las personas vivan su vida con tanta proximidad.

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