domingo, 25 de enero de 2015

Vicente Amigo


           Virtuosismo y amplificación. No es que  tuviera las expectativas altas, me sonaba el nombre, la guitarra, le herencia de otros músicos muy nombrados, pero he percibido sólo técnica, virtuosismo y amplificación. Estaba algo cansado después de un día en el campo sobre la nieve, no lo suficiente para apreciar lo sublime si lo hubiese habido. ¿Es necesaria la amplificación si la sala ya es un instrumento musical que suena muy bien? Si admiten comparaciones con la música clásica deberían tener en cuenta ese detalle de la amplificación innecesaria, aunque entonces no sonaría igual. Amplificación, técnica y virtuosismo, una diablura mefistofélica la digitación, la armonía, el dominio del instrumento, de sus posibilidades, pero ¿es suficiente? Y un aroma a Paco de Lucía. Sí ha habido algunos momentos en que la cosa parecía tomar vuelo, unos instantes de éxtasis en la sala, cortada por las pantallas iluminadas de algunos móviles en alguna ocasión y en otras pero ese exceso de técnica. El arte no lo produce la perfección, sino una suma de imperfecciones con genio. Es raro que a un grupo flamenco le falte el alma, cuando parece que es a lo que siempre están llamando, quizá la atracción por el jazz les abisme hacia el dominio técnico en detrimento de la tosquedad genial del verdadero flamenco.

No hay comentarios: