viernes, 23 de enero de 2015

La teoría del todo


           No responde la película a título tan pretencioso y es una lástima porque si nos hubiese explicado un poco más, un poco mejor, las teorías cosmológicas de Stephen Hawking, hubiera dejado de ser pretenciosa y nos hubiera complacido más. Pero desgraciadamente las ideas o descubrimientos del científico quedan en un muy segundo plano, en mero decorado para su historia sentimental. ¡Qué decepción!

            Porque esta peli es una peli sentimental y para eso no hacía falta recurrir a un gran científico, hay historias parecidas a miles, jóvenes que se enamoran en la universidad, enfermedades, sillas de ruedas, niños, otras personas que interfieren, la vida que sigue a pesar de todo, es decir, el título tramposo junto al diseño del artefacto peliculero juegan con el prestigio y el morbo para darnos nada, nada, una peli sentimental. Está basada en el libro escrito por su primera mujer y madre de sus hijos, Jane Hawking, y eso quizá la condiciona, da un protagonismo excesivo a Jane (Felicity Jones) y a la vida familiar de Hawking. La interpretación de Eddie Redmayne es espectacular, circense diría yo, aunque no basta.

            Hawking es famoso por dos cosas, por su enfermedad degenerativa y por su cerebro. Lo  primero nos lo cuentan bien, la aparición, el pronóstico equivocado, el desarrollo, las implicaciones, la superación, la confortación para quien esté en una situación parecidas, de lo segundo, lo que a mí más me interesaba en ese caso, no se nos cuenta casi nada. En su contra también ha jugado el estreno casi en paralelo de Imitation Game donde tan bien se conjugan la biografía intelectual y la sentimental del protagonista, las dos británicas, las dos bien hechas, bien interpretadas, bien ambientadas, pero una llena de interés y la otra vacía. Para mi gusto.

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