jueves, 22 de enero de 2015

Silencio


             “Toda obra suprema parece estar asomada a una especie               de… abismo” (Ramón Gaya).
            Con el ojo medio abierto entre las sábanas, asomando a la rendija de la ventana, por un instante creí que el mundo se había acabado o, cuando menos, que era la noche que llegaba al año nuevo, pero no, ese silencio tan atronador no indicaba más que estaba nevando, caían los copos suavemente deshilachados, aturdidos o adormecidos como yo, sin ganas de llegar al suelo, la caída lo opacaba todo, apagaba el mundo. Tuve entonces la imagen de un poema, cuyo tema se imponía como clamorosa nada, pero no pude ponerme a ello por no interrumpir aquel misterio, que no era tal, tan solo una vuelta al mundo anterior a la presencia del hombre
            o, si parpadeo y miro de nuevo las casas, los árboles ajardinados, los cristales, el humo, el mundo después de que el hombre se haya ido.

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