
Comencé Los cuerpos extraños, de Lorenzo Silva,
porque se anuncia la llegada del escritor a esta ciudad para tener una charla
con sus lectores. Forma parte de una serie policíaca con picoletos como
protagonistas, de gran éxito. He persistido en la lectura más allá de mi
tolerancia, un tercio quizá de la novela, sin encontrar nada que me retuviera
entre sus páginas. En este caso no puede hablarse de estilo llano sino plano,
lleno de frases hechas y palabras de poco valor, la acción rectilínea, en torno
a la investigación sobre el asesinato de una alcaldesa de una ciudad levantina,
no levanta el vuelo. Hasta donde he llegado, se trata de conversaciones sin salsa
en las que apenas se avanza, los personajes son bidimensionales y lo que se
dice replica conversaciones de charla familiar o de café. No entiendo el éxito
popular, aunque sí el premio planeta concedido a una novela de la misma serie
de este escritor.

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