2. Esa voz
se ha afirmado y reafirmado en las grandes manifestaciones populares. Y seguirá
haciéndolo, porque Cataluña no es una sociedad de ciudadanos libres e iguales votando,
es algo previo y superior. Historia, lengua, nación, comunión. La democracia y
la ley son estorbos. La democracia que conciben es una democracia con adjetivo:
popular, nacional, orgánica.
3. Que la
consulta referéndum no esta fabricada para pulsar lo que los catalanes desean
lo muestran las preguntas a las que se tendría que responder el 9N:
“El secuestro del principio de igualdad se consagra en el artículo tercero del decreto. Este artículo confirma -en vez de corregirla, como era un requisito de cajón-, la posición de privilegio de quienes votasen sí a la independencia respecto de quienes no reclamasen un “Estado “propio”. Los que votasen “no” a la primera pregunta, a ese “Estado propio”, no podrían pasar a ejercer el derecho a decidir en la segunda, que es la más sustantiva: sí o no a la separación, a que ese Estado propio fuese independiente. La catástrofe democrática que implica ese formato de cuestiones sucesivas se demuestra también por la siguiente hipótesis: con la mitad rasa (más un voto) de síes al Estado propio, y la mitad rasa de “síes” a la independencia (más un voto), un 25% de los votantes (más dos papeletas) se proclamaría la secesión. Y si participase la mitad rasa del censo (más uno), bastaría con un 12,5% (más tres votos) del electorado para tal objetivo. Probablemente los porcentajes no serían esos. Pero solo la posibilidad de que ese fuese el resultado indica ya el carácter rotundamente antidemocrático del formato elegido”.
4. En este
referéndum que llaman capciosamente consulta se podría votar desde los 16 años,
una excepción a cualquier elección legal en España. Los catalanes residentes en
el extranjero podrían votar, los catalanes residentes en el resto de España no.
Un referéndum que no se ha pactado con el resto de las fuerzas políticas de
España.
5. Un
referendum así concebido les parece bien a gente como Julia Otero, los hermanos
Gasol, un Vázquez de Telecinco y Sergio Dalma. ¿Se habrán parado un minuto a
pensar sobre las condiciones de ese referéndum? Gente cuyo público, cuyos fans
no son nacionalistas, ¿qué les impele a estar a favor de semejante fraude?
6. Luego
están las almas bellas que desde el desierto claman: Hay que hacer algo. No
dicen qué haya que hacer. Sólo fustigan con tralla de esparto al presidente del
gobierno. Hay que. Qué ofrecerles entonces. Lo mismo que queremos para nosotros, lo que queremos para todos: ser libres e iguales.
7. Mas, la
figura, Artur Mas. Un hombre que se ha creído su personaje, aunque no parece
que vaya a llegar a la inmolación. ¿O sí? Los ha habido así en la historia. Paulatinamente, a pesar
de sus fracasos o precisamente por ellos, se ha ido desvistiendo el traje de
político enfundándose la capa de armiño, el terciopelo y el cetro cuatribarrado.
Una misión histórica y el panteón.
8. Masa y
fervor. Congregaciones bautismales bajo la lluvia, en plazas o en grandes
estadios, en primeros de mayo o en días de septiembre, marchas sobre Roma o en
Nuremberg, contra la ley del aborto o a favor. Qué valor tienen. ¿Más que el
voto legal y organizado? Hay
que ver esta película y después esta, o al revés. ¿Cuántos alemanes sabían que
estaban bajo un régimen emocionante pero racista, patriota pero excluyente, por no hablar de lo que ocurrió después?
9. ¿Cuál
ha sido el motor del formidable progreso de los últimos 200 años? Sin duda, la
fuerza de este lema: Libertad, Igualdad, Fraternidad. Qué hay de él en la
revuelta catalana, nada. ¿Libertad?, la del pueblo, la de la nación. Nunca
hablan de libertad individual. ¿Igualdad?, que alguien me diga en qué discurso
de un líder nacionalista se menciona la palabra igualdad. ¿Fraternidad? La
ofrecen a países lejanos, a anónimas gentes de Gaza, pero ¿les importa la gente
del Carmelo o de Nou Barris, los conciudadanos del área metropolitana de
Barcelona a quienes siempre han ignorado?
10. Una de
las cosas más sorprendentes es el crédito que, sin embargo, tienen los
nacionalistas entre la gente de izquierda. Un crédito que no decae a pesar del caso Jordi Pujol, del caso Palau y tantos otros. Un crédito por encima del proyecto más antiigualitario que existe en España. Quizá la izquierda española provenga del mismo lugar del pasado de donde proceden los nacionalistas.
11. "Si el Estado retira su apoyo a Cataluña, el rating de la región se verá rebajado al menos dos escalones", lo que situaría la deuda catalana a nivel de bono
basura.
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