lunes, 13 de octubre de 2014

Camino 7


       No se pregunta, "¿por qué haces el camino?", nadie lo hace a no ser los desubicados. Las preguntas permitidas son: "De dónde vienes" o "Dónde has comenzado el camino". Los países y las regiones son diversos, el lugar del comienzo más reducido. Comenzarlo en Saint Jean Pied de Port es un tinte de honor o también Somport, no digamos ya Nantes como la chica con la que acabo de comer, que lleva más de un mes caminando y piensa ir hasta el final, o el chico que viene de Cracovia. Un tipo especial de peregrino es el de ida y vuelta, va hasta Santiago y luego vuelve por el mismo camino. en general europeo, como el holandés que piensa llegar a Santiago y luego volver a pie por otro itinerario. También son admirables los peregrinos que encontramos a contrapié, gente que va a Lourdes o Roma o vete a saber dónde, gente de verdad solitaria que le cuesta hasta devolver el saludo. Sin embargo, hay muchos semaneros, caminantes de una semana que esperan completar el camino por semanas separadas durante varios años. En general, esta gente carece de interés. No tienen nada interesante que contar y su conversación está llena de actualidad, política, deportes, corrupción y demás banalidades. La conversación a la hora de la cena comunitaria, el momento más interesante del día, por lo general es en inglés, a ratos en francés y con los semaneros en español. La gente sobretodo envidia los grandes periplos. También está el turista de largo aliento, australianos, canadienses, americanos, con un año sabático por delante, para quienes el camino tan sólo es una etapa de diez o quince días antes de volar hacia Nueva Zelanda, la Patagonia o el Asia central.

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