miércoles, 8 de octubre de 2014

Camino 3


    He decidido no traer tablet ni nada que se le parezca. No leo los periódicos ni miro la tele. No lo echo en falta. Todo con la intención de dejar la mente en blanco aunque no lo consigo del todo. Camino con un mallorquín y un inglés, habladores. Quizá eso ayude a no entrar en la vía del silencio. Qué obviedad. Aunque está bien conocer a la gente, mi propósito es encontrar la calma.

                Esta segunda etapa no ha sido difícil. De Roncesvalles a Zubiri. Una pequeña subida al alto de Erro. El sol amagado tras las nubes, las nubes cargadas pero moviéndose, moviéndose en dirección distinta a la mía. Quizá camino demasiado deprisa, el cuerpo me exige lo que yo no debiera darle.

                 Me albergo en un local privado, ocho literas, la mitad ocupada por coreanos. Una especie aparte. Qué difícil echar una cabezadilla con ellos.

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