jueves, 31 de julio de 2014

La cueva kárstica de Postojna y Bled


Postojna es una población eslovena que cuenta con una cueva única de nombre Kras o Karst, palabra que da precisamente el nombre al relieve kárstico. Tiene 20 km de galerías y túneles subterráneos abiertos por el río Pivka, aunque sólo se visitan 5,2 km, 1,7 a pie y el resto en un tren atestado de visitantes que hacen un recorrido que se parece mucho al tren de la bruja, por los recovecos y golpes de efecto que van surgiendo a lo largo del recorrido. Es la cueva más visitada de Europa.


El río ha ido abriendo grietas, simas, cuevas y en ellas se has ido formando desde hace dos millones de años todo tipo de formaciones: estalactitas, estalagmitas, pilares por la unión de ambas, columnas plegadas y dobladas en forma de cortinas, etcétera. Tiene algunas salas de gran tamaño. En una de ellas se han celebrado conciertos. En el interior se han descubierto decenas de especies, siendo la más famosa proteo, Proteus anguinus, un “pez humano” con forma de lagartija, que respira por branquias, es ciego, se alimenta de microbios y vive unos cien años. Se llegó a creer que era la cría del dragón.


Eslovenia cuenta con un paraje extraordinariamente fotogénico, Bled. Es una pequeña población que cuenta con un lago de origen glaciar, no muy grande, un islote en medio del lago sobre el que predomina el campanario de un monasterio y, al otro lado, sobre un gran peñasco, un castillo medieval, del siglo XI, que sobresale por encima del bosque que lo rodea y sobre la iglesia de San Martín, a sus pies. Como fondo tiene ni más ni menos que los Alpes julianos y las nubes que los atraviesan.



El lugar es único y las fotos no dan cuenta de su belleza. Se alcanza el islote en barcas a remo o en una especie de góndola que lleva un gondolero. No hay embarcaciones a motor. Al castillo se asciende a pie, por medio de escaleras que zigzaguean entre el bosque.

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