1. En un piso de un barrio de Valladolid, una madre con dos
hijos que andaba buscando una vivienda que okupar se llevó la sorpresa de su
vida, a la altura de la escena cumbre de Psicosis. En el salón con la luz y la estufa eléctrica encendidas toparon con un cadáver en estado de
momificación. Un hombre de unos 70 años, separado de mujer e hijos, llevaba
cuatro años muerto, el olor era nauseabundo, pero como después se pudo
comprobar el hombre que vivía de alquiler estaba al día de sus pagos al dueño
de la propiedad, a la compañía eléctrica y demás. Cuatro años exactamente. Por un
momento he imaginado que el hombre murió de la emoción tras la apoteosis de la
Roja en Sudáfrica, pero no puede ser porque la efímera gloria del fútbol no llegó hasta el
invierno de aquel año que es cuando el finado debió encender la estufa y de
inmediato fallecer. Así que no puedo hacer como me gustaría una fábula sobre las emociones triunfales que ocasionan la muerte y el estado de
momificación a que ha llegado nuestra selección. Aunque como es evidente todo
lo demás cuadra: los cuatro años, la muerte y la momificación.
2. Otra
cosa que se me escapa es quién ha podido decidir traspasar el cetro del viejo
monarca al nuevo en un momento como este, con los efectos sociales de la crisis
en su culminación, el asunto de Cataluña alcanzando la efervescencia, la
corrupción monárquica y civil de los distintos casos llegando al fin de su
instrucción y comenzando el festival de cárceles y juicios. Qué necesidad de
hacerle chapotear en esos excrementos al joven rey. ¿No hubiera sido mejor
esperar para que luciese cetro y corona virginales? Añádesele la depresión
nacional por la derrota de la Roja, lo que ha dado pie a que algún periódico
extranjero titulase que más que una entronización parecía un funeral.
Para acabarlo de adobar como dirían en catalán solo
faltaba que
Felipe escuche a Mas según este le suplica y quiera y pueda sacarlo de donde él solo se metió. Pero supongo y espero que el novel rey no se meta en política a riesgo de salir carbonizado.
3.
Oiga, y dos huevos duros.
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