sábado, 19 de abril de 2014

R I P

          
                Qué exceso toda esa fanfarria funeraria en torno a García Márquez, como si toda la producción literaria después de, pongamos, 1922, en especial la novelística, no fuese póstuma. A la literatura le pasa lo mismo que a las religiones, la inercia les hace seguir adelante aún después de que Dios haya muerto.

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