martes, 11 de marzo de 2014

La secesión es lo contrario del ideal de ciudadanía


El ex ministro de Asuntos Gubernamentales de Canadá, Stéphane Dion

            Stéphane Dion (Quebec, 1955) de gira por España. Fue el principal impulsor de la Ley de Claridad, para el referéndum convocado en su país natal, Quebec: 
"La situación constitucional es diferente [con respecto a España]. En Canadá no hay artículo 2 de la Constitución, no hay una unidad indivisible. Las provincias tienen derecho a convocar un referéndum sobre cualquier cosa. Pero sería difícil dividir un país moderno.
Ninguna norma internacional dice que el artículo 2 [de la constitución española] no es válido. La mayoría de países se consideran indivisibles: Estados Unidos, Francia, Italia... Allí una secesión no se consideraría legítima. No hay pruebas de que una provincia de Canadá fuera a ser reconocida como un estado independiente contra el deseo de Ottawa. En la ONU no hay ni un país que haya sido aceptado contra el deseo del gobierno anterior, ni uno.
Canadá es divisible, pero Canadá es la excepción. No hay obligación internacional para otros países de hacer lo mismo que Canadá o Reino Unido.
Los catalanes tienen que decidir si la pregunta es clara para ellos. La segunda parte de la pregunta en Canadá sería considerada clara, ¿quiere que Quebec se convierta en independiente? Pero la primera no. ¿Qué es un Estado no independiente? ¿Algo como Wisconsin? ¿Qué quieren decir? Pero tienes que contestar a la primera para contestar la segunda. En Canadá se consideraría una manipulación.
La secesión es lo contrario del ideal de ciudadanía: tú eliges a quién quieres convertir en extranjero. Por eso muchos países no aceptan una secesión, porque creen que cada centímetro cuadrado del país pertenece a todos los ciudadanos.
Según mi experiencia, este tipo de referendos son una cosa muy negativa. Hace que haya división entre las comunidades, familias, amigos, compañeros de trabajo... Siempre es difícil decir: yo quiero que estos conciudadanos se conviertan en extranjeros. Es difícil decirle a alguien que vas a votar para que él pierda una nacionalidad que quiere mantener".
          Imprescindible la conferencia que acaba de dar en Barcelona.

El poeta polaco Adam Zagajewski, ayer en La casa del Lector de Madrid. Adam Zagajewski, “polaco de juventud y adolescencia, ucraniano de nacimiento. Parisino de exilio y norteamericano de profesión, habitante de un pueblo arrasado por los totalitarismos”. De abuela alemana y de abuelo polaco, bilingüe, germanista, explica que en la Europa actual no encontraremos algo parecido a un “europeo de pura cepa”. Poeta.
“El nacionalismo no puede volver a producirse, porque es la perdición de Europa tal y como aprendimos. Nuestra misión es colaborar para poner freno a los nacionalismos, eso sí, conservando las señas de identidad propias. Son importantes, nadie quiere perderlas”.

No hay comentarios: