2. Parece
una tendencia histórica que cuando una nación inicia el declive poco se puede
hacer para revertir la tendencia. Le pasó a España en el XVII, les pasa a
Inglaterra y Francia desde hace al menos un siglo. Pero es que incluso en una
situación de decadencia las clases dirigentes no suelen tomar medidas para
frenarla, al contrario alientan la ruina. Es el caso de Cameron y el partido gobernante en GB con sus amenazas de abandonar Europa o con su coqueteo antiinmigración
para competir con el xenófobo UKIP.
3. Se podría decir que Italia no ha abandonado la senda de la decadencia desde que Odoacro enviase las insignias imperiales al emperador de Oriente, cuando Rómulo Augústulo las abandonó en su huida de Roma. Así que no sorprenden las piruetas de los políticos italianos para acceder a lo más alto, ahora este Renzi capaz de resucitar al moribundo Berlusconi, para permanecer en él por poco tiempo.
3. Se podría decir que Italia no ha abandonado la senda de la decadencia desde que Odoacro enviase las insignias imperiales al emperador de Oriente, cuando Rómulo Augústulo las abandonó en su huida de Roma. Así que no sorprenden las piruetas de los políticos italianos para acceder a lo más alto, ahora este Renzi capaz de resucitar al moribundo Berlusconi, para permanecer en él por poco tiempo.
4. El
dominio de las élites desde que el sistema liberal se adueñó del mundo estaba
basado en la calidad y singularidad que ofrecía una interpretación privilegiada
de la realidad, en la imposición de un punto de vista sobre los demás, el punto
de vista del experto, del conocedor. Ahora emerge un mundo en el que el dominio
será más impersonal, la clave está en la cuantificación, en el big data.
Ya no habrá un punto de vista privilegiado sino que las decisiones se tomarán
en función del máximo común denominador, no en la interpretación, sino en los
datos. “En el futuro el data será la moneda”. La ciencia lleva tiempo
trabajando de esa manera, pero la política, las humanidades, la economía y la
empresa se hacían los remolones porque de ello dependía la principal legitimación
de su poder. Los artistas también lo están viendo. Por ejemplo, Kenneth Goldsmith.
“En Soliloquio
(2001) transcribió todas las palabras que había pronunciado a lo largo de una
semana. Día (2003) reproduce en su totalidad la masa textual contenida
en el New York Times del 1 de septiembre de 2000, anuncios incluidos. “Ahí es
donde di el salto definitivo a la escritura no creativa. El resultado fue un
libro de 900 páginas, y si se piensa bien, es difícil pensar en un volumen que
contenga un número mayor de posibilidades. No falta nada. En Día hay
pasión, amor, guerra, odio, triunfos, fracasos, asesinatos, lujuria…”. Después
vino la Trilogía
Americana , cuyos volúmenes, ‘El tiempo’ (2005), ‘Tráfico’
(2007) y ‘Deportes’ (2008), recogen la masa textual de algo “que se
transmite de manera incesante por la radio”. En el primer caso, Goldsmith
transcribió los partes meteorológicos correspondientes a un año, a razón de uno
por día. ‘Tráfico’ recoge los boletines retransmitidos cada 10 minutos
por una conocida emisora de radio en un periodo de 24 horas. “En ‘Deportes”,
concluye, “llevé a cabo la transcripción de un partido soporífero de
béisbol entre los Yankees y los Red Socks, anuncios incluidos. El resultado
fueron tres libros de unas 150 páginas cada uno”.
5.Durante
algunos años Brasil deslumbraba, el gran oso dormido que despierta (a mí nunca me gustó la diplomacia de Lula: Irán, Cuba): eso atrajo grandes
inversiones y eventos mundiales como el mundial de fútbol o los JJ OO, además
se ofrecía como modelo a otros países para salir de la pobreza. Sin embargo, el
tiempo va en otra dirección: La Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú,
Chile). Representan el 36% de la economía de América Latina, el 50% de todo su
comercio internacional y el 41% de toda la inversión extranjera. Juntos son la
octava economía más grande del mundo y la séptima potencia exportadora.
6. Roberto Saviano. Ser un
héroe es agotador, un serio riesgo para la propia salud, una amenaza para la
propia vida, pero cómo habríamos llegado hasta aquí sin héroes.
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