domingo, 24 de marzo de 2013

Barrios




            Basta salir del centro urbano para topar de inmediato con lo que los barrios deben a los munícipes pasados y presentes. Nada. O casi nada, una desatención casi absoluta, todo a medio hacer o ni siquiera por comenzar. Las calles y vías deterioradas cuando parecen haber sido acabadas, los cables del tendido, las aceras de brea o con los baldosines levantados. 


Ni siquiera la zona del parque tecnológico de la universidad, que, ahora descubro, tiene una bonita charca, como el mismo parque en Castelldefels. Ciudad en construcción, barrios abandonados. Y la gran barrera de la vía del tren que los separa del centro urbano, que las maravillas del Ave había de solucionar. ¡El gran proyecto! Estancado.


                El día cubierto, con nubes que se van cerrando, que a última hora de la tarde se abrirán, permite dar un contexto de sombras y grises a las zonas más desfavorecidas, como esos barrios nuevos que han quedado a medio camino hacia ningún sitio, pero hay cosas que no se salvan. El cerro de San Cristóbal, donde aún campea el monumento a los héroes caídos, después de tantos años, después de tanta reconciliación.


                Esta ciudad, hasta donde yo sé, tiene las esculturas más horrísonas, véase esta cosa de las sillas, mamarrachada  a lo grande, que tapa la entrada al hospital más moderno. 


              Obra de un escultor que la ciudad conservadora privilegia sin un serio motivo. O yo lo desconozco. Con un museo del que no tengo noticia de que alguien haya visitado, con obras en varias encrucijadas. Supongo que en algún momento, por el honor de la ciudad, alguien se atreverá con ellas.

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