1. Una mujer recibe la noticia de la muerte de su madre. Su
padre se lo cuenta al teléfono con los modales reservados del campesino que
siempre fue. Entonces empieza a recordar. Recuerda su infancia, la casa donde
vivían, a su tía Beryl. Recuerda un momento concreto, y para ella dramático, un
intento de suicidio por parte de su madre, cuando una vecina, la señora
Sutcliffe, la salvó. Se recuerda corriendo cuesta arriba para pedir ayuda en el
taller. Su padre pasaba la mayor parte del tiempo en el taller, había otras
mujeres en su vida. Sin embargo cuando su tía Beryl cuenta el mismo hecho los
recuerdos no coinciden, hasta el punto de que ya no está segura de cómo
sucedieron las cosas y ya no volverá a contar el suceso como tan a menudo lo hacía.
2. Stella se ha instalado en una casa que su padre construyó
para pasar el verano. Su padre ahora está en una residencia. Un día, mientras
está cuidando el huerto de la casa, viene a visitarla David, su antiguo marido,
con el que vivió 21 años. Le acompaña su novia Catherine. Catherine es delgada
pero lleva un vestido con falda de vuelo y mangas largas y ondulantes, de
algodón muy fino, con tonos del fucsia al rosa, no muy adecuado para el campo. Stella
y David hablan de la época en que estaban casados. Tenían que hablar bajo las
sábanas porque las paredes de las habitaciones no llegaban hasta el techo. David
es muy peculiar, digamos que le gusta la procacidad. En realidad está medio
enrollado con Dina, a la que hace lo posible por telefonear para ver si está sola
o acompañada, dispuesto a sufrir por ello. Cuando vivía con Stella hacía cosas
parecidas, por ejemplo rozaba la
pantorrilla de una vecina mientras estaban todos a la mesa.
3. Los personajes van apareciendo sucesivamente, Colin y
Davidson, el director del colegio, Ross con sus dos sombreros, uno puesto
encima del otro, Sylvia, tan despreocupada, tan habladora, Glenna, sonriendo a
Ross, siguiéndole las bromas, ayudándole a reparar el viejo Chevrolet, Lynnette
en el carrito, Eddie con aquella elegancia un tanto atrabiliaria, pantalones a
cuadro amarillos y marrones, la camisa amarilla y el pañuelo rojo, y Nancy,
profesora de francés de octavo y antes de parvulario, con su preocupación
insistente por aquel motor tan grande encajado en un coche tan pequeño y el
peligro de que se rompiese el eje. Cada uno con sus peculiaridades, sus
rarezas.
-“Ross es tan listo como tú, pero su inteligencia va por
otro lado” -, le había dicho Sylvia, su madre, a Colin.
Cuando Colin conoció a Glenna pensó que alguien le había bendecido
con una suerte inmensa. Ella se iba a interesar por sus asuntos, es decir por
Ross, tanto como él, o eso creyó. Sylvia contaba una y otra vez las anécdotas
que todos conocían. A Colin no le gustaba nada que contase la fiesta de su
veinticinco aniversario de casada –sin cónyuge, porque su padre les había
abandonado-, aquella vez que el grupo de chicos había encontrado una escopeta
en un coche y el había disparado sin querer y Ross había caído al suelo con la
cabeza llena de sangre. El se había subido al puente de hierro abandonado del
río Triplady, cuando todo el mundo lo buscó, antes de que le dijesen que Ross
no tenía nada.
4. Una mujer emprende un largo viaje durante cinco días para
pasar las vacaciones en Ontario donde está y padre y la familia de su marido,
Andrew. Junto a sus dos hijas parten de la Columbia Británica
y habrán de atravesar montañas, autopistas y carreteras interestatales por el
norte de EE UU. En Ontario permanecerán cinco días y necesitarán otros cinco
para volver al domicilio familiar. El reato comienza con el recuerdo de un
suceso de infancia, el cuerpo sin vida de un compañero de infancia de la mujer,
ahogado en el río. Un niño que vivía con su padre en una cabaña de madera que
no reunía las mejores condiciones. Como es verano en el interior del coche hace
mucho calor. Abren las ventanas delanteras, beben refrescos. La hija menor
parece que tiene fiebre. Deciden hacer una parada en Miles, Montana. Allí,
junto a un parque hay una piscina, pero llegan en mal momento: está cerrada por
que están en el descanso del mediodía. No obstante la mujer convence a la
socorrista para que las niñas puedan darse un chapuzón. Andrew y ella se quedan
en el coche hasta que ella se pregunta “¿Y las niñas?” Corre hasta la verja de
entrada y solo ve a la mayor, que le dice que no sabe dónde se ha metido su
hermana. Avisa a Andrew y este de forma difícil de explicar salta una valla muy
alta. La pequeña flota boca abajo sobre la piscina. El padre la saca y ve con
alivio que no tiene nada. La madre repasa culpabilidades: la hermana
descuidada, la socorrista que estaba besándose con su novio, ella misma que
había ido a comprar refrescos. Lo que podía haber ocurrido, lo que le pasó al
niño semiabandonado de su infancia.
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