domingo, 13 de enero de 2013
El hombre de las sombras
Vi El hombre de las sombras -¡qué aliteración tan fea!, ¿por qué no dejarlo en El Hombre Alto que es como se titula el original?- hace cuatro días y sin embargo he de hacer un gran esfuerzo para recordar. Algunos críticos han escrito cosas buenas de ella, también algunas malas, o sea que algo debería tener. En el primer tramo la historia se sigue con cierta atención e interés, tiene un cierto aire Shyamalan o Amenabar, me relamo esperando algo que me sorprenda, me asuste, me interrogue, que salga de los caminos truillados, pero después el director francés Pascal Laugier trasplantado a Hollywood juega a la confusión, pretende que su película contenga más cosas de las que realmente da, que salte de los moldes del género hacia no se sabe dónde. Al comienzo sitúa el escenario en un pueblo engullido por el paro y la decadencia. La gente además del trabajo ha perdido algo más, la esperanza, la dignidad. Desaparecen niños, literalmente se evaporan, la gente echa la culpa a un misterioso Hombre Alto que sale del bosque para llevárselos y luego vuelve a adentrarse en las sombras. La protagonista es una enfermera -la guapa Jessica Biel- que trata de quitar hierro al asunto hasta que desaparece su propio hijo. Hasta ahí lo que se puede contar, después nada es lo que parece, el espectador debe mirar la pantalla con mucha atención para que no le tomen el pelo.
Los artesanos que se dedican a las películas de género, en este caso de terror o de misterio o una mezcla de ambas o vete a saber qué, deben procurar rematar bien sus productos, hacer pasar un buen -o mal- rato al espectador, seguir las reglas del género y si pueden innovar un poco pues bien. Si luego, los críticos descubren mensajes ocultos, referencias a la realidad conflictiva o las descifran como enjundiosas alegorías de los problemas sociales o psicológicos tanto mejor, pero si la ambición del director hace que se ponga interesante lo más normal es que se pegue un trompazo. Especialmente si intenta cuadrar al final la desaparición de los niños con una confusa explicación moral y política que puede preocupar a más de uno, por ejemplo a mí.
Creo que en esta crítica se ve el poco interés que me ha despertado la peli y cómo me ha afectado a la hora de trabar las frases.
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