
¿Toda esta gente que habla de reformar la Constitución ha medido las consecuencias? ¿Creen que con sólo
plantear la reforma podrán pasar sin más las ideas que vienen barajando? ¿Acaso
dan por hecho que todo el país les seguirá? ¿Acaso creen que un pacto entre las
élites políticas y los grupos de presión bastará para que todo el país les
siga? ¿No hay personas, partidos, asociaciones que quieren una reforma en el
sentido contrario de la que ellos plantean? ¿Bastará esta vez con la amenaza,
el chantaje de que si no se les da lo que quieren romperán la baraja para que
el país entero les siga, aunque llamen retrógrados y reaccionarios a quienes se
manifiesten en contra?
Incluso, en
el supuesto de que los principales partidos se pusiesen de acuerdo en los
puntos que quieren cambiar, ¿la cabreada, malhumorada gente de la calle, tan hastiada,
irían como corderitos a votar en referéndum lo que le propusiesen?
Más, los partidos nacionalistas,
independentistas, ¿no verían la ocasión, se les ofreciesen los cambios que se
les ofreciesen, para decir no, para hacer fuerte su rechazo al sistema político
español?
¿Se
arriesgarán los partidos grandes a ofrecer una constitución que podría tener
menos apoyo que la vigente de 1978? ¿No les asusta la pérdida de
legitimidad que eso supondría?
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