A rey caído, hombre alzado.
Gran habilidad la de este doble creyente, Oriol Junqueras, para
hacer frases, enunciar principios y repetirlos sin cesar, como bien nos
enseñaron los propagandistas de la tercera década del siglo XX. Sus militantes
y votantes, aprendida la lección, repiten, repiten y vuelven a repetir:
"El Senado ha bloqueado el impuesto sobre depósitos bancarios que proponía ERC. Una muestra más de que para salir de la crisis tenemos que salir de España"."Continuar dentro del Estado es ir a la ruina".
"Tenemos que demostrar que desde Cataluña se hace lo posible para no recortar y que todos los recortes sean los que impone el Gobierno"."Debemos aprovechar el poco margen y contar que lo que no podemos negociar es por el daño que España hace a los catalanes".
"La podemos ganar [la consulta por la independencia] y cada decisión que tome el Gobierno español hace más probable la victoria"."Si el resto de partidos no apoyan la consulta y la salida de la crisis, serán cómplices del PP.
"El Estado español seguirá jugando sucio".
Hay que fijarse en las maneras de gran líder de OriolJunqueras, el Aarón que había de conducir al pueblo al lugar donde mana leche y
miel, cómo mueve las manos y el cuerpo este hombre, como presiona, apresura, incomoda
a sus entrevistadores o contrincantes, hay que ver cómo se maneja cuándo está
de pie, cuando conduce un acto, para ver cómo ejercería el mando si tuviese ocasión.
Pero, Cataluña, claro está, no es sólo Oriol Junqueras. Hay
vida más allá de las frases.



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