lunes, 19 de noviembre de 2012

¿Independencia o pacto de Estado?



“Utilizando la metodología correcta, las cifras (siempre con datos de la propia Generalitat) son las siguientes: en 2009 los ingresos del Estado en Cataluña fueron 45.184 millones y la aportación en forma de gasto público de 49.199 millones. Por tanto, el saldo fiscal real fue -4.015 millones; un saldo no sólo menor, sino de signo negativo; un saldo a favor de Cataluña. En 2009 el Estado gastó en Cataluña más de lo que recibió en impuestos. Cataluña se benefició de la actuación fiscal del Estado por un importe equivalente al 2,1% del PIB. El informe de la Generalitat proporciona los datos de base para este cálculo, pero no explicita el saldo favorable a Cataluña que del mismo resulta”. 
"Hay que considerar los posibles efectos de la independencia sobre la economía catalana. Pongámonos para empezar en la mejor de las situaciones posibles y supongamos que nadie en el resto de España se cabrea y decide mandar al cuerno a sus proveedores catalanes y que Cataluña permanece dentro de la Unión Europea. Aún así, tendríamos una frontera entre Cataluña y el resto de España, que es, con enorme diferencia, su principal cliente. Y las fronteras —incluso sin aranceles— tienen un notable efecto disuasorio sobre el comercio. Según los cálculos preliminares que ha realizado uno de nosotros utilizando un modelo matemático estándar en economía internacional, bajo la hipótesis de que la relación entre los dos nuevos países es tan cercana como la que ahora existe entre España y Portugal, la reducción de los flujos comerciales entre ellos supondría un descenso del PIB catalán del 9%, o más del doble del dividendo fiscal de la independencia".


"Las llamadas comunidades ‘históricas’ acumulan cuantiosos déficit que tienen que ser financiados posteriormente con los excedentes generados por el resto de regiones. En concreto, el déficit del País Vasco -la diferencia entre los que perciben los pensionistas vascos y lo que pagan a la Seguridad Social los trabajadores en activo- se situaba al finalizar el año 2011 en 1.443 millones de euros; mientras que, en el caso de Galicia, el desequilibrio entre ingresos y pagos asciende a 2.253 millones de euros. El resto de comunidades autónomas financia con 1.371  millones de euros al año las pensiones que se pagan en Cataluña".
“La real amenaza a la soberanía de Cataluña no es España, sino el enorme exceso de deuda acumulada por unos y por otros y que nos acerca a una intervención “dura” de la comunidad internacional. Y si a los españoles no nos queda más remedio que vivir con lo desconocido, los inversores extranjeros tienen muchas alternativas más seguras adonde mover su capital. No hay nada que asuste más a los inversores que la ignorancia de lo que ignoran —el prestar a un país que no saben lo que será a la vuelta de la esquina es inconcebible. Incluso una probabilidad pequeña de un hundimiento de la financiación causado por la independencia es un riesgo demasiado grande para asumirlo conscientemente”.
¿Qué hacer? ¿Un pacto de Estado
"España no genera recursos suficientes para financiar los servicios públicos que el Estado dispensa, de forma gratuita o casi, a los ciudadanos. No es sostenible el Estado de bienestar tal y como está configurado hoy. Es una sencilla cuestión de números. La consecuencia no es que haya que liquidarlo, sino que es preciso adaptarlo a nuestras disponibilidades económicas. Las fórmulas posibles son muchas, y las que se usen tienen que ser proporcionadas, razonables y equitativas, además de respetuosas con los derechos constitucionales de los ciudadanos".
Un debate que no cesa.




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