martes, 23 de octubre de 2012

Qué nos ofrecen



            La protesta del 15-M tenía sentido, toda aquella multitud, aún está ahí el incomprensible sistema español que no persigue y castiga a quienes teniendo una posición de privilegio desde la que podían hacer fechorías las hicieron impunemente, abusaron, desfalcaron, engañaron, corrompieron, están en la calle con el dinero a buen recaudo y sus empresas quebradas, o, simplemente malos gestores, siguen en lo más alto como si nada. La protesta del 15-M ha sido secuestrada por los grupos antisistema, un puñado de manifestantes que se agrupan alrededor del Congreso, con la intención, si les dejaran, de asaltarlo y convertirse en representantes para hacer no se sabe qué sin que nadie les haya elegido. Gozan de credibilidad, se les televisa en directo, y se les azuza a que sigan o se les alaba o se les disculpa por hombres, por tertulianos -esa plaga- de traje y corbata que dicen tonterías, las mismas, un día detrás de otro, y por ellas se les paga.

            Qué ofrecen esos asaltadores frustrados y secuestradores del 15-M. No ofrecen nada, como nada ofrecen esas nuevas figuras que han saltado a los medios, Mas, Mintegui, el tronituante Beiras, recién emergido del Océano, qué ofrecen aparte de la exclusión a un alto porcentaje de españoles, nada de nada: nada que alivie la crisis, nada que la resuelva, ninguna apuesta que nos saque cuanto antes del mal en que nos encontramos. Sólo verdura podrida ofrecen, cosas viejas, pasadas, y con gente dispuesta a comprársela, quizá porque apoyándoles, jaleándoles muestran su protesta, su cabreo. Figuras de atrezzo, segundones que han visto el escenario desocupado y se ofrecen para encandilar al público.

            Y los otros, los partidos respetables, qué ofrecen. Cinco años llevamos con la crisis a cuestas y no han salido a hablarnos con claridad y contundencia, como se recuerda a Churchill que habló ante la amenaza de los nazis, que nos pidan lo que nos tengan que pedir pero que nos hablen claro, por qué no lo hacen. Ya se ve su disminuida credibilidad, cómo la gente no confía en ellos y les da la espalda. El PSOE zombi hundiéndose por todos sus méritos, el PP por el mismo camino, poco a poco se irá hundiendo. Pero cómo podríamos alborozarnos por ello. No me gustan, el PP y el PSOE, pero qué vendría después, quién en su sano juicio pondría sus manos en esos segundones que ofrecen el vacío y el abismo, por el mismo precio las dos cosas, el vacío y el abismo: los Mintegui, Beirás y Más, quién en su sano juicio. O los sindicatos y la llamada cumbre social, ¡dios!, quién llama así a esa cosa, cuál es su legitimidad para encumbrarse, quién ofrece aquiescencia a los Toxo y Méndez, con sus huelgas generales que tan pocos seguidores tienen, que convocan por inercia, ¿para qué?, y su referéndum contra los recortes, para qué ese referéndum, qué pasaría al día siguiente. Ya basta de gente que ofrece lo de siempre, lo mismo, ya basta de demagogos y facilones que protestan porque sí.

            ¿Es que no hay hombre con autoridad en este país? Nadie que diga vamos a reunirnos, a discutir y decidir y ofrecer algo, una salida, una luz, alguien que nos exija esfuerzo y sacrificio a todos por igual para salir del hoyo.
            

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