Esta peli de Mel Gibson actor, productor y guionista, aunque
esta vez no director, no es nada desdeñable, pese al prejuicio que pueda haber
sobre él. En un decorado barroco como uno tiende a imaginar que es México, en
el interior de una cárcel de Tijuana, no hay lugar para el vacío, por la abigarrada mezcla de imágenes religiosas, tipos duros, mujeres débiles y niños medio
abandonados y mucha balacera, donde tiene lugar la acción. Porque se trata de un
thriller con todos los elementos para la diversión: dinero robado, bandas
armadas hasta los dientes, policías corruptos, gángsteres de cuello blanco,
hasta un trasplante de hígado en medio de un asalto policial.
Pero quizá
lo más significativo de esta peli, como digo, sea el decorado, una cárcel que
es una ciudad en plena agitación, donde las condiciones de vida son pésimas, donde la vida no
vale un céntimo, las relaciones están determinadas por la fuerza, donde se
puede conseguir de todo y donde, el elemento principal, claro, es que la
libertad ha dejado de existir. Podría ser la imagen que los americanos, y por
extensión el mundo, tienen de México, pero podría ser también una idea del
futuro. En algo se parece ese escenario por ejemplo a la ciudad que dibujaba
Ridley Scott en Blade Runner. El poder de coerción del Estado es tan débil
que la fuerza ha vuelto a imponerse; sólo caben dos opciones, establecer una
relación de dependencia / protección con los fuertes o jugarse la vida a cada
instante luchando por la propia dignidad, es decir la vuelta a un mundo
medieval fuertemente armado.
Todo
contribuye a la diversión en esta peli, el guión que no deja momento para el
reposo, los actores, americanos y mejicanos, todos buenos, incluida la creíble relación
que se establece entre el protagonista americano que ha ido a parar a la cárcel
tras un robo y el niño mejicano que está ahí porque también está su madre, la
mezcla de inglés y español, a la que parece que los americanos se están
acostumbrado, donde no falta el humor macabro y alguna sorpresa final, ah, y mucho, mucho corrido de principio a fin. El espectador queda abducido por un escenario que
exige una continua atención, y no despega los ojos hasta que pasan los 95
minutos.


1 comentario:
Mira Mel Gibson con sus películas grasientas de héroe pasado de fecha pero aún así tensas, vibrantes y divertidas c omo Apocalypto o su reciente Vacaciones en Infierno. Sea pues, Mel, a pesar de tus 'fachasitudes', una copa elevada por ti....
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