"Por supuesto que no son novelas. He venido evitando esa
definición desde hace tiempo. En Francia es habitual colocar en la portada, debajo
del título del libro, una indicación que dice roman cuando se trata de
una novela, indicación que yo he evitado de manera consciente para mis últimos
tres libros. No escribo novelas y digo siempre que estos libros no son novelas.
Esos libros son mémoires. Me encanta la posibilidad
de escribir mémoires, de trabajar con ese material, aun cuando estás
contando otra historia, aun cuando estás contando una historia criminal o una
historia de amor. Respecto a relatar el proceso de contar la historia, es algo
que a mí me interesa mucho como lector.
La verdad que no sé cuántas veces hay que decir que las
cosas son verdad, que ocurrieron como están relatadas. Lo escribo varias veces
en el libro y aun así parece que hay gente que no está dispuesta a entender que
se puede escribir algo que sea verdad, que hay mucha gente que hace una
conexión directa entre “literatura” y “novela”, que considera que la literatura
solo puede ser ficción.
De verdad, ya no creo poseer ningún tipo de imaginación, quizá
tenga otras cualidades como escritor, pero sinceramente la imaginación ya no es
una de ellas. No me ocurre lo mismo con los guiones; cuando escribo guiones no
tengo problemas en imaginar cosas, pero a la hora de escribir libros no puedo, me
resulta imposible, y dudo mucho de que sea capaz de volver a escribir una
novela.
Recuerdo haber pensado que no quería convertirme en uno de
esos viejos idiotas que solo leen biografías, memorias, diarios y cartas. Y, de
hecho, eso es exactamente lo que me ha ocurrido como lector, todavía leo
novelas, pero me interesa mucho más otro tipo de lecturas: historia, ensayo...".
No hay comentarios:
Publicar un comentario