martes, 6 de diciembre de 2011

Félix de Azúa se exilia del nacional-peronismo

Le entrevistan en El Mundo:

La crisis:
La palabra crisis apareció como un comodín que no dice nada. Llegó cuando nadie sabía qué estaba sucediendo. Lo que tenemos no es una crisis en el sentido tradicional, sino una situación estable en la que vamos a estar decenas de años... Esto que han llamado crisis no es una alternativa, sino la realidad misma. Se está desinflando la burbuja del capitalismo de los últimos 20 años, que era un disparate... Y si lo piensas bien no es tan trágico. Saldremos de ésta, pero renunciando a muchas cosas. Los jóvenes son quienes lo tienen más difícil porque se les ha convertido en los grandes acumuladores, en el paradigma del consumo.

Los jóvenes:
El 15-M ha sido interpretado como un abandono del letargo, pero no es así... Salir del letargo es darse cuenta de que han sido malcriados, de que son niños caprichosos, de que este tipo de protestas de minorías agraviadas corren el riesgo de convertirse en un sustituto de la Justicia... Tienen que despertar del sueño de que han venido a hacer algo por la humanidad, porque no es cierto. Es por ellos mismos por quienes deben hacerlo.

El PSOE:
Han sido demasiados desengaños. Mira el PSOE cómo está: desmantelado. Para los de mi generación no era un partido, sino una iglesia. Pero ya no pueden mantener los mascarones de proa ni el rumbo destructivo, tan reaccionario, si miramos, por ejemplo, su actitud ante los nacionalismos.

Se exilia de Cataluña a Madrid:
Voy a ser padre en unos días y eso me llevó a pensar que el egoísmo está de más. No queremos que nuestra hija sea educada en Cataluña. No deseo que la eduquen unos ideólogos que la van a derivar hacia una situación indeseable con el resto de los españoles. No quiero que me suceda como a un amigo cuando su hijo de 8 años le preguntó: «Papá, ¿nosotros qué somos: catalanes o fachas?». Ésa es la ideología imperante en los colegios y en las universidades a través de la vigilancia extrema de los comisarios políticos del nacionalismo. En Cataluña se da un totalitarismo blando parecido al peronismo en Argentina.

La cultura:
Es una gran herramienta para salir del aturdimiento. Un antídoto. En ella está la salvación. Resulta evidente que la deriva espantosa del mundo occidental en los últimos 20 años es debida al arrinconamiento de los viejos saberes. Hemos renunciado a 3.000 años de Historia. Estamos en un momento en el que no sabemos lo que vendrá. Es un tiempo histórico distinto, en el que no sabemos cómo se llamará aquello que hoy conocemos.
(El Mundo: 4.12.2011)

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