domingo, 23 de octubre de 2011

Sigue el espectáculo


No otra cosa que una anotación a pie de página o un link o mero enlace entre muchos otros en el texto de esta época será lo de estos días, a pesar de que saquen a pasear el adjetivo, ¡histórico!

¿Quién iba a decir que el taimado, el inteligente, el Fouché de la España moderna, el brillantísimo Alfredo Pérez Rubalcaba iba a aparecer en público con los ojos humedecidos, el más listo de los políticos españoles en activo al decir de los cronistas, y no sólo él, en compañía del lehendakari socialista que, más efectista, más torpe, se lleva el pañuelo a la cara? En fin, un acto más, después de que tres encapuchados anunciasen que dejaban de matar, aunque lo hiciesen sin desencapucharse y sin entregar las armas a quien corresponde, los agentes del ministro del interior, el sustituto del hombre de las lágrimas, un acto más en el que el partido centenario sigue bajando escalones hasta ponerse a los pies de Telecinco. ¿No les extrañará que algunos, muchos de sus muchos votantes, recuperen su condición de ciudadanos?


¿Con quién enlazan, a qué masas recuerdan estas masas que en Bilbao o en San Sebastián corean a los asesinos, con qué época, con que periodo de la historia europea, cuándo millones de personas gritaban ¡ETA, mátalos!, o no era ese el eslogan y eran otros los eslóganes, muy parecidos, aunque ayer tampoco lo gritasen y gritasen otra cosa, no sé cual, qué más da, a quién puede importarle, por muy gigantesca que fuese la manifestación?

No hay comentarios: