sábado, 14 de mayo de 2011

Filfa moral

No importa la realidad. Si no nos gusta la deformamos o la readaptamos a nuestros parámetros o acusamos a nuestros adversarios de todos los males o de lo mismo que nosotros hacemos. Este párrafo de un llamado filósofo y traductor:
¿Por qué cada vez más ocurren rebeliones y protestas violentas carentes de todo mensaje ideológico y basadas en un vago resentimiento? Posiblemente, porque hoy, en nuestro marco pospolítico y posideológico, la indignación no acierta a invertir sus movimientos reflejos en un marco narrativo inteligible. Al carecer de una cartografía cognitiva, la cólera explota en un acto políticamente sin sentido, tan ciego que atenta a veces incluso contra su propio perpetrador.
Dé qué país estará hablando, de qué revueltas violentas, de qué rebeliones. Como todo se reduce al blablablá, unos cuantos palabros -cartografía cognitiva- parecen servirle para imponer el argumento de autoridad que deriva de la letra impresa y de la palabra del filósofo a aquellos que no saben, que es todo el país menos él.

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