miércoles, 4 de mayo de 2011

El frágil hilo que une decencia y sensibilidad

Antes de llegar a Castronuevo, antes incluso de tomar la curva de Los Álamos, dos pajarillos se han puesto a la par, junto a mi bici. Alas amarillas, cuerpo gris y negro, franjas listadas del cuello a la cola, figura pequeña, juguetones. Durante un buen rato han volado junto a mi, uno más saltarín que el otro. Se me han adelantado, han cruzado por delante, rizando el aire. Jugaban, pero no sé si jugaban conmigo o me tomaban como un objeto más, móvil, en el juego que se traían entre ellos. Al cabo, un poco más adelante, se han posado en unas ramas, en la cuneta. Debían de estar al límite de sus fuerzas, aunque han vuelto a saltar cuando he llegado a su altura.

Tiene que ser frustante para quien alardea de juego bonito, de jugar mejor que nadie en el mundo, pasar a la final por dicisiones arbitrales erróneas. Pasar a la final contraviniendo las reglas, violentando el reglamento por error o inducción en las decisiones del árbitro. Debe ser decepcionante para quien, abandonando el viejo grito "ganar en el último minuto por penalti injusto", ha elaborado un discurso sobre la belleza y la bondad, sobre la honestidad y la franqueza frente al juego bruto y chulo de sus adversarios. Una victoria lacerante.

¿Por qué tenemos que pagar todos el rescate del Alakrana, la liberación de los secuestrados en Somalia? Si la empresa y sus empleados asumieron el riesgo de ponerse en situación de ser secuestrados y de ese modo ganar más, de obtener beneficios extras, ¿por qué tenemos que asumir el resto de ciudadanos, por decisión del gobierno, el pago de su rescate, si ellos no habrían compartido con nosostros los beneficios de haberlos habido?

¿Alguien en este país vería con indulgencia que un partido nazi se presentara a las elecciones aunque escribiera en sus estatutos que el holocausto existió y que renuncia a la violencia racista? ¿Por qué hemos de admitir que se presenten las extensiones de Batasuna si mantienen en activo sus comandos, que han matado hasta hace poco, si no entregan las armas, si ni siquiera han renunciado a la violencia?

¿Cuándo se rompió el hilo? Decencia y sensibilidad.

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