Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo: —Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? Puedes llevarme a tu espalda… —¿Que te lleve a mi espalda? —contestó la rana—. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda, sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás. Lo siento, pero no puede ser. —No seas tonta —le respondió entonces el escorpión—. ¿No ves que si te pincho con mi aguijón, te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?
Y la rana, después de pensárselo mucho se dijo a sí misma: —Si este escorpión me pica a la mitad del río, nos ahogamos los dos. No creo que sea tan tonto como para hacerlo. Y entonces, la rana se dirigió al escorpión y le dijo: —Mira, escorpión. Lo he estado pensando y te voy a ayudar a cruzar el río. El escorpión se colocó sobre la resbaladiza espalda de la rana y empezaron juntos a cruzar el río.
Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, en una zona del río donde había remolinos, el escorpión picó con su aguijón a la rana. De repente la rana sintió un fuerte picotazo y cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también con ella se ahogaba el escorpión, pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle: —No entiendo nada… ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir. Y entonces, el escorpión la miró y le respondió: —Lo siento ranita. Es mi naturaleza, es mi esencia, no he podido evitarlo, no puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme. Y poco después de decir esto, desaparecieron los dos, el escorpión y la rana, debajo de las aguas del río.Hay quien ha recordado esta fábula para esclarecer el intríngulis del nuevo gobierno. Zp y Rubalcaba; quién el escorpión, quién la rana. Así, los amigos de Rubalcaba, El País, por ejemplo, creen que es éste el que ha ganado la partida y con él, ellos, convirtiendo a ZP en su rehén; el ministro del interior sacará a los socialistas del enorme bache en que han caído, triunfarán de nuevo y el grupo Prisa volverá por sus fueros. Por contra los amigos de ZP, hasta ahora afligidos, lanzan las campanas al vuelo, el maquiavelo de León usará la vieja guardia para salir a flote, y de paso salvar sus ruinosos negocios, así Público o El Periódico.
Pero como dice la moraleja de la fábula, no te engañes a ti mismo ni a nadie, uno siempre es lo que es, a pesar de las circunstancias. Zapatero y Rubalcava, quién el escorpión, quién la rana.
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