sábado, 12 de junio de 2010

Un sistema perverso con el contento de todos


Amplifican los medios -radio, prensa, teles- de modo gratuito las palabras de alguien que no necesita gratuidad, las palabras de Emilio Botín, sería muy injusto, dice, que le gobierno crease un impuesto a los bancos, porque se cargaría también sobre aquellas entidades que lo han hecho bien y no han necesitado ayuda pública:
No está en absoluto justificado el establecimiento de impuestos especiales para la banca, que penaliza a las entidades financieras que, como los bancos españoles, no han recibido ayudas públicas, sin embargo, las medidas anunciadas por el Gobierno para la reducción del déficit van en la dirección correcta.
No así en el caso de los funcionarios, y jubilados, que esos sí que no han tenido nada que ver en la ruina del sistema financiero y sin embargo les rebajan su sueldo, o se lo congelan, para tapar los agujeros que han ocasionado en el sistema ejecutivos que siguen cobrando muchas veces más que ellos a pesar de sus especulaciones ruinosas, ejecutivos del negociado del señor Botín. No tienen pues los funcionarios altavoces gratuitos que les presten si quieren hacerse oír, no como los tiene Emilio Botín, sino que han de hacer una huelga que les sale muy caro, porque los medios no sólo no han expuesto su punto de vista sino que lo han tergiversado, o acallado, pues ha ocurrido más bien lo contrario, que les han desacreditado de antemano: son vagos, absentistas, trabajan pocas horas, tienen muchas vacaciones, cobran mucho. Eso han dicho y escrito periodistas, tertulianos, columnistas y ha llegado la canción hasta el arroyo donde pone el oído el pueblo.

La jugada les ha salido perfecta. Los funcionarios desacreditados, la huelga fracasada, las medidas de ajuste del gobierno legitimadas. Todo el mundo por las esquinas va echando pestes contra los funcionarios. Pero hay más. Al fracasar la huelga de los funcionarios, los sindicatos -imperfectos, corporativos, haciendo el juego al gobierno durante todos estos años, pero que son lo único que tenemos para una mínima defensa de los asalariados- se lo piensan antes de convocar una huelga general que deslegitime las próximas duras medidas del gobierno, que, otra vez, no irán por el lado del impuesto a la banca, sino por el abaratamiento del despido y el retraso en la edad de jubilación. Sindicatos, funcionarios y huelga desacreditados.

No sé si lo verán los ciudadanos, pero al dar por buena la maledicencia sobre los funcionarios se han puesto una bola de hierro en los tobillos. El fracaso de la huelga de los funcionarios anuncia el fracaso de la huelga general y la legitimación de la bajada de sueldo de los funcionarios anuncia su propia ruina, la de todos aquellos que viven de un salario y que no tienen culpa alguna en la ruina financiera.
Una vez más se demuestra la colusión de intereses de periodistas, políticos y empresarios.

¿Puede seguir siendo válida la vieja retórica, mil veces ensuciada por los hechos, pueden los que rebajan el sueldo de los funcionarios y congelar las pensiones, los que reducen las indemnizaciones por despido, los que alargan la jornada laboral y amplian la edad de jubilación, pueden seguir diciendo que luchan por la suerte de los asalariados, que son el partido del pueblo?

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