miércoles, 9 de junio de 2010

En el inicio de una nueva era

Sostiene Félix de Azúa que estamos en el inicio de una nueva era que habría comenzado hacia 1950. El arte suele anunciar los cambios que se van a producir y así ocurrió con éste que ahora nos asusta y embelesa, pues las dos estados se alternan estos días, con las noticias de la ruina económica o climática y la emoción de los cambios que prometen la digitalización o la biotecnología. Porque no se trataría del paso de una época a otra, como lo fue cuando el gótico sustituyó al románico, sino de un salto mayúsculo, de un cambio de era del tipo que se dio cuando al paleolítico sucedió el neolítico.


Azúa se ciñe a los cambios en el arte y habla de los tres momentos que marcan el arte moderno que nació con el romanticismo y su exploración de lo negativo. Goya, tras la revolución francesa, expuso la barbarie de la guerra, de la locura, del horror, mostrándola sin aditamentos formales.
Con la burguesía triunfante en Europa, los impresionistas -La Olimpia de Manet como prostituta- y las vanguardias mostrarían lo real cotidiano, incluyendo lo feo y lo vulgar, que al arte anterior había idealizado u ocultado.
Tras la Segunda Guerra Mundial el arte conceptual y las posvanguardias -de Duchamp a Beuys- serían el momento final del arte, el pez boqueando fuera del agua, el momento en que la dominación burguesa que nació a comienzos del ochocientos desaparece. El arte se disuelve en el magma democrático, dice Azúa. Podemos extender la reflexión a otros campos: la música, la literatura, el periodismo, la representación del poder, las relaciones humanas, el amor, el sexo, la familia, el urbanismo.


Como estamos al comienzo de una era nueva somos primitivos de esa era -sostiene Azúa-, carecemos de experiencia, información y tradición. Nuestros conocimientos, así como nuestros productos, son toscos y primarios.
Qué sucederá a partir de ahora o qué está sucediendo es difícil de prever o simplemente ver porque estamos a ciegas y quizá no veamos lo que tenemos ante nuestros ojos.

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