martes, 15 de junio de 2010

El enigma de Perelman


¿Es Perelman el hombre de nuestra época? Toda época necesita sus modelos, referencias, en especial en tiempos de mudanza cuando los viejos valores ya no valen y los nuevos están por emerger. Por eso ya no podemos decir Perelman es un héroe de nuestro tiempo; tampoco podemos decir Perelman es un antihéroe y menos aún Perelman es un hombre nuevo. Todas esas palabras son viejas, están asociadas a valores del pasado, a tipos que nos repugnan o a conductas que ya no pueden servir a lo que nos espera.

¿Cómo calificar entonces a este matemático que trabaja fuera de los focos, a este hombre que descubre la solución a un problema de cien años, que renuncia a recoger un premio de un millón de dólares -cuyo solo enunciado espanta, el premio del Milenio- que le esperaba, que esperaba al Perelman que descubriese la conjetura de Poincaré y que ya rechazó el honor que más aprecian los matemáticos, la medalla Fields?

"Muchos matemáticos le rindieron tributo, señalaron que su obra marca el fin de una época y el comienzo de una nueva", dicen las agencias. Sólo podemos decir que Perelman excita nuestra imaginación, que alivia nuestra sed por encontrar hombres de una pieza. Un hombre que desprecia  lo que todos durante todo este tiempo hemos anhelado, el oro, la fama, el reconocimiento. Un hombre así es el hombre de un tiempo que está pariendo con dolor, pero que no sabemos qué está pariendo ni a dónde nos lleva, por lo que las ilusiones están vivas y los modelos que la fantasía pergeña aún no se han ensuciado con la realidad.

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