miércoles, 14 de abril de 2010

De Bonos, Montillas y Matas

El elemento clave de la democracia es la igualdad de oportunidades. La seguridad, una vida cotidiana regulada, un sistema de educación público, una sanidad pública, lo puede garantizar cualquier otro sistema, así lo hicieron, por ejemplo, el franquismo o el estalinismo, y lo hace el castrismo, pero sin igualdad de oportunidades no hay democracia y la democracia debe ser la garantía de la igualdad de oportunidades,
por eso quiero saber,
si el extraordinario patrimonio del Presidente del Congreso, José Bono, lo ha obtenido por su esfuerzo y dedicación o por razón de su cargo; no me interesa tanto saber si el incremento lo ha logrado por medios lícitos o ilícitos, sino que me informe si es el resultado de un privilegio, si está en relación al desempeño de sus muchos cargos políticos; por ejemplo, por qué Planeta le adelanta 700.000 euros por un libro aún no escrito,
como quiero saber si la exitosa dedicación empresarial de su esposa, Ana Rodríguez, está relacionado con las frecuentaciones de su esposo, es decir, si ambos habrían obtenido tal patrimonio al margen de la política,

también quiero saber si los cuantiosos puestos en consejos de administración de la esposa de Montilla, Presidente de la Generalitat, los hubiese obtenido de forma natural, gracias a su talento, sin la mediación o sin la influencia directa o indirecta de su esposo,

los jueces dictarán sentencia, pero además quiero saber si el cuantioso patrimonio de Matas, ex Presidente de Baleares, lo habría obtenido igualmente sin la mediación de la política,
me basta con sólo tres ejemplos, sé que la lista es casi infinita,

por eso, me traen al pairo las razones ideológicas de los que ayer hicieron frente en defensa del juez Garzón, -son hombres del pasado, retrógrados, no les importa la democracia, la igualdad ante la ley, sólo poner la ley al servicio de su ideología, su rostro está marcado por el resentimiento- porque lo que quiero saber es si este juez ha infringido la ley, si como consecuencia de ello no ha dedicado su tiempo de juez generosamente remunerado con dinero de todos a instruir causas relacionadas con el amiguismo, el nepotismo, la corrupción, causas que nos afectan y que minan la salud de la democracia, en lugar de querer enjuiciar a hombres muertos,

por eso me preocupa la salud de la prensa, el decaimiento de su prestigio, porque en lugar de descubrir las marrullerías de quienes se saltan la igualdad de oportunidades, sólo parecen ocuparse del pasado o de la lucha ideológica contra sus adversarios,

por eso me preocupa la salud de la escuela pública, tan abandonada por quienes llevan a sus hijos a colegios privados, porque la escuela pública es o debería ser el auténtico ascensor social, uno de los pocos medios que tienen los humildes para hacer valer sus méritos y talentos, ¡y eso no está sucediendo!

Sin igualdad de oportunidades no hay democracia.

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