sábado, 27 de marzo de 2010

El resultado del poder es la violencia


Del día de hoy me quedo con tres cosas. Estas fotos de la sierra madrileña, en una mañana fría, pero soleada.

Esta frase de un escritor húngaro nacido en Transilvania, Rumanía,
"El resultado del poder es la violencia, y de la violencia, la maldad. El poder es algo que casi todo el mundo quiere tener. Pero hay sociedades en que esto se convierte en algo más importante, como las dictaduras. El poder siempre apunta hacia la violencia". György Dragoman.
Este efecto del poder no sólo se da en las dictaduras, también en las democracias. La violencia no es sólo  física, a veces se ejerce de forma sibilina, de modo que la propia población la acepte de forma natural. Es lo que sucede con el nacionalismo.


Y esta otra, que encuentro en la columna de Vicente Verdú,
La constante monserga social tratando de inventar labores para dar quehacer a las personas mayores no consigue, en numerosos casos, sino atosigarlas y, al cabo, hacerlas desear una tranquilidad mortal. (...) La depresión en la tercera edad no sería una consecuencia directa de hallarse sin suficiente compañía sino de sentirse tóxicamente presionado por los demás.
Verdú y la doctora Ramona Rubio deberían ampliar su diagnóstico al resto de la sociedad que vigila, cuida, aconseja, dirige y organiza sin pausa la vida de cada individuo de modo que la soledad sea vista como un fracaso.

Por ejemplo, este abuso:
Llenar la Nada. El gigantesco auge del deporte, singularmente del fútbol, procede de un estado de hastío, de nihilismo; es como la sustitución de todo designio por una expectativa recurrente, rotatoria, sin fin: lo siempre nuevo siempre igual garantizado. (Rafael Sánchez Ferlosio).

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