jueves, 3 de diciembre de 2009

Ley de civilizaciones aliadas en la economía sostenible


Yo, comentarista bregado en la actualidad, me siento ante el teclado y escribo lo que se espera de mí sobre el tema del día: la sostenibilidad, concepto que nació en los arrabales de la izquierda, aquí en Cataluña. Qué digo, sin ofender y sin dimitir del todo. Crítica constructiva, ese es el método. No puedo ir contra el sentido común ni contra la fuerza de los datos, si hasta el propio editorial del periódico dice que esta ley no sirve para frenar el principal desequilibrio de la economía española: un desempleo que dobla la media de los países de la UE. Usemos, pues, los instrumentos de la poética, del ingenio y de la siempre graciosa caricatura. La Ley de la Economía Sostenible es una caca grandilocuente, ingenua, redicha, uf, ya lo he dicho. Pero salvemos los muebles: pese a la negritud del presente, si empieza a despejar... A Rajoy le lastra el pasado, Zapatero busca la salvación en el futuro. Chúpate esa, qué bien me ha quedado.

¿Convencerá ZP a sus homónimos, durante los meses de su presidencia europea, de la bondad de su Ley de la Economía Sostenible? Seguro que sí, si hasta la ONU ha sido seducida y ha creado una comisión o grupo de trabajo o lo que sea, tan bien remunerado, tan subvencionado, con tan ricas dietas, sobre La Alianza de Civilizaciones.

¿Habrá quién ponga el cascabel realista al gato europeo? ¿Cómo actualizar la Agenda de Lisboa, por ejemplo, que quería convertir a la UE, en 2010, en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo?
10 años después, EE UU sigue aventajando a la UE en 11 de los 15 indicadores básicos de la innovación y la inversión de ésta en I +D sigue estancada "en el mismo nivel que en 2000", el 71% de los EE UU, alertan Dermot Hodson y Marco Simoni en la sugerente obra colectiva After the crisis: a new socio-economic settlement for the EU ).
 Mientras tanto, tomémonos un par de copas de buen vino.

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