Sin embargio lo que me lleva a escribir esta entrada es la sorprendente exposición en el claustro bajo de la catedral. Allí se muestra una colección de tablas flamencas recién restuardas procedentes de la iglesia de San Esteban de la localidad de Los Balbases. Cuando acabe la exposión serán devueltas a los casetones del retablo de esa iglesia, pero entonces se perderá el privilegio de contemplar los detalles de esta sorprendente obra.
Las doce tablas, pintadas a finales del siglo XV, representan a modo de viñetas la vida de San Esteban, siguiendo el relato de La Leyenda Dorada de Santiago de la Vorágine. Es una forma de pintar que nos remite a Van Eyck o Memling, al realismo propio de la sociedad burguesa de finales del XV, precisión por el detalle, expresividad en los rostros y en los gestos, gusto por el lujo en los atuendos, con algunos apuntes del primer renacimiento. Las tablas sobrevivieron a las mutilaciones a que se vieron sometidas en el XVII, cuando se quiso construir un nuevo retablo. Ataques de xilófagos, mutilación de las zonas superiores donde iban acopladas las cresterías del retablo en el siglo XVII, alteraciones de los pigmentos sobre todo los rojos y los azules... han sid superadas por una magnífica restautación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario